La vacunación contra la COVID-19 en gestantes está siendo uno de los puntos más controvertidos de la ya iniciada campaña de vacunación. Hasta el momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha recomendado la vacunación contra la COVID-19 en embarazadas, aunque, según la evidencia disponible, no existe ningún motivo por el que suponer que este grupo no debe ser vacunado. Ahora bien, el 1 de febrero la OMS ha cambiado de criterio y ha accedido a que las gestantes puedan ser vacunadas.

En su sitio web, la OMS proporciona información sobre la vacuna de Moderna y, en el momento en que hace referencia a la vacunación de gestantes destaca que “hay pocos datos para evaluar la seguridad de la vacuna durante el embarazo”. Sin embargo, añade que “no hay razones concretas para creer que haya riesgos que superen a los beneficios de la vacunación”, concluyendo con el siguiente argumento “Por este motivo, las mujeres embarazadas que tienen un alto riesgo de exposición al SARS-CoV-2 (por ejemplo, las sanitarias) o que presentan comorbilidades que incrementan el riesgo de desarrollar una enfermedad grave, deben ser vacunadas, habiendo consultado previamente a su médico de referencia”.

Antes del cambio de criterio de la OMS son muchos los médicos y expertos que manifestaron su desacuerdo sobre las recomendaciones de esta entidad en cuanto a las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna, ya que diferían de las que ofrecía el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (EE. UU).

¿Los anticuerpos se transfieren al feto?

El principal motivo por el que la OMS ha cambiado de opinión es porque recientemente se han publicado estudios de los que se desprende que los anticuerpos de la COVID-19 se transfieren de la madre al feto. El último estudio, publicado en la revista científica JAMA Pediatrics, recoge muestras de sangre y cordón umbilical de 1.471 díadas madre-bebé y permite observar que los anticuerpos maternos IgG del SARS-CoV-2 se transfieren a través de la placenta después de pasar la infección durante el embarazo, sea de manera sintomática o asintomática. Las concentraciones de anticuerpos en la sangre del cordón umbilical correlacionan con las concentraciones de anticuerpos maternos y con el tiempo transcurrido entre el inicio de la infección y el momento del parto. Los hallazgos de este estudio demuestran el potencial de los anticuerpos específicos del SARS-CoV-2 derivados de la madre para proporcionar protección neonatal frente a la COVID-19. Cabe destacar que no se detectó presencia de SARS-CoV-2 en ninguno de los bebés del estudio.

Del mismo modo, también se conoce que, en las gestantes vacunadas contra la gripe o la tos ferina, los anticuerpos atraviesan la placenta. En un estudio desarrollado por profesionales del Massachusetts General Hospital (EE. UU) y publicado en la revista Cell, los autores destacan que los anticuerpos generados de manera natural por una gestante con COVID-19 atraviesan la placenta de forma menos eficiente que los generados por estas vacunas. Por lo tanto, la tarea pendiente que hay ahora pasa por investigar si los anticuerpos generados por la vacuna contra la COVID-19 también atraviesan de manera eficiente la placenta y si proporcionan protección a los bebés. 

Tomado de:  sociedadmarce.org

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